He pasado una semana curiosa.
Intensa, difícil, lacrimógena, con dolores... musculares. Y es que creo que tengo un virus.
Un virus que ya parece que da sus últimos coletazos en forma de resfriado y de heriditas en el ojo derecho. El viernes por la noche cuando llegué tenía el globo ocular lleno de pompitas y burbujitas blancas. Pensé: vaya, igual cuando me despierte mañana me he quedado ciega de un ojo. Así vería el mundo la mitad de feo, no?
El viernes fue mi último día de trabajo y no lloré, como esperaba. Afortunadamente tenía a Pak, Elena y María esperándome en la puerta para rescatarme de mi propia tendencia a la depresión y llevarme a algún sitio alegre en el que no tuviera que pensar demasiado. Y en eso he pasado el fin de semana que, sin darme cuenta, ya casi se me ha ido.
Ahora me espera un mes horrible, maratoniano, catatónico. Horrible no, eso no. Estaré desempleada todo el mes, presumiblemente (debería rezar para no estarlo también en Junio...), y tendré tiempo para hacer cantidad de cosas.
Primero, esta semana que entra, del 7 al 11, toda la post-producción del mediometraje musical para la facultad (CAVS: El último musical), que espero que terminemos o dejemos al 90%.
El día 12, sábado, marcho hacia las tierras del Turia, donde pretendo desconectar de todo hasta mi vuelta, el sábado siguiente, 19.
Luego, estudiar, recopilar apuntes, encerrarme en casa para hacer el trabajo de Filmo, esperar que el de Empresa no nos mande más trabajos absurdos, preparar la promo para Realización, seguir estudiando Narrativa, prepararme también la otra Narrativa, la radiofónica, en dos o tres días...
Todo para que llegue septiembre y no tenga nada, nada que estudiar. De todas formas me da igual, este año, por primera vez, no tengo que preocuparme de tener beca... Me da igual aprobar el 80% o no aprobar nada, porque el curso que viene tendré unos 24 créditos aproximadamente, y no me darían la beca ni aunque me matriculara de 40 más de libre configuración...
(Que hablando de la libre configuración... si hago la Erasmus, quizá sí tenga que pensar en la beca...)
En fin, un caos.
Pero no quiero pensar en el curso que viene ahora. Sólo quiero liarme a la manta a la cabeza, eso que a mí me gusta tanto, y pasar estos dos meses que quedan y luego tirarme un verano a la bartola (Ay si la Bartola se dejara... xD).
No queda na, na y menos.
Y así, sin darnos cuenta, se nos fue otro año más de los bolsillos.