Kilométrico Boomer
How many doors had I open and closed? How often had I sneezed?
sábado, septiembre 30, 2006
Unos vienen, otros se van. Y aunque el año pasado me tocó a mí, no me hago a la idea de estar despidiendo a gente continuamente. Y hoy no pongo título de post con una frase de canción, porque no me quedan canciones que describan mi estado de ánimo. Ea.
miércoles, septiembre 27, 2006
Pidiendo a gritos un poco de calma...
Quiero postear pero no sé muy bien de qué. (Eterna forma de empezar un post...).
Hoy me han confirmado en Ate(eeeee)nto que nos van a contratar a todos para Telegestión, es decir, emisión de llamadas. En concreto, en este (primer) periodo venderemos un servicio que se llama Tarifa Mini Internacioanl, pa llamar más barato a países de Europa del Este, el Magreb y América Latina. Por lo visto se vende súper bien porque es muy económico (eso lo digo yo, lo es!), así que se supone que no debemos tener problema para alcanzar los objetivos mensuales... Bueno, tenemos que vender unos 7 u 8 al día, en 5 horas y media de trabajo. Es decir, de unas 60 o 70 llamadas...
Trabajaré de lunes a viernes de 15.30 a 21; ni fines de semana ni festivos, en principio. Quizás para la próxima campaña... El contrato es de obra y servicio, es decir, que no tiene fecha de fin: cuando acabe la campaña o decidan cambiarnos a otra. Es el único contrato que te hacen esta gente que te ofrece un poco de seguridad, porque la mayoría son de un mes, prorrogable a dos. Aquí por lo menos podemos estar, yo qué sé, tres? cuatro? cinco? Hay gente que se pega años... (qué depresión).
Me está quedando un post la mar de guay... Sí, sí, seguro que estáis enganchados leyendo ¬¬ El sueldo es lo peor, dentro de unas muy buenas condiciones. Son unos 550 euros al mes limpios, no es demasiado, pero pa empezar no está mal. A ver si luego me cogen pa otro departamento (si fuera idiomas ya sería la leche, es el que más paga!), o algo, y trabajo más :P

Y por lo demás... No sé, estoy bien... Creo que lo digo en serio, por primera vez en mucho tiempo...
lunes, septiembre 25, 2006
"Nada es suficiente y no sé por qué..."
Iba a dedicarle un post a mi queridísima y adorada Lu, pero como es tan vergonzosa y no le gusta aparecer en púb(l)ico, pos no lo haré, y paso a otros temas también interesantes, aunque no tan jugosos, desde luego :P.

Esta mañana he ido a una entrevista de trabajo en el Edificio Indotorre, en Atento España. Es la empresa que trabaja para Telefónica en el servicio 1004. Mi hermana lleva un año o así trabajando intermitentemente para ellos, y yo eché el currículum para el departamento de idiomas... y me llamaron pa una entrevista hoy.
De momento hemos tenido sólo la primera fase del proceso de selección, y ha sido un tanto raro->frustrante->esperanzador, por ese orden.
Raro, porque había mucha gente de diferentes edades, sobre todo de 30 para arriba, cada uno citado para una cosa. Yo que pensaba que todos iríamos para idiomas... pues no. Y nos han metido en un cuarto con ordenadores, y yo pensé: coño, ya vamos a coger llamadas? JoJoJo, me parto toa la caja.
Frustrante, cuando todos han empezado a presentarse en voz alta: sus trabajos, sus cursos, sus idiomas y sus p****... increíble... los días de la gente duran 48h, y no 24 como los míos... :O
Y esperanzador al final, cuando nos han seleccionado a unos 8 (de 12) para hacer el curso de atención telefónica mañana por la mañana, de 9 a 3, allí mismo. Se supone que después d eso ya nos dirán si nos hacen el Curso de Producto (de mayor duración, más específico) a continuación, o más adelante, y si nos contratan ya... En fin.

Pero lo mejor ha sido que, al llegar a casa, me han llamado de Konecta Fieldmarketing, la empresa para la que ya tuve la entrevista pa apadrinar niños, para otra promoción... Esta vez es de una tarjeta de un supermercado... Mañana tengo que ir a un curso de dos horas, por la tarde, dos calles más p'abajo de donde está Indotorre! (por los Bermejales-Heliópolis). Así que bien, no tendré que moverme mucho... Aunque tendré que comer allí.

Sólo espero que no me hagan elegir ya tan pronto... No sé las condiciones del otro trabajo, el de Konecta, pero el de Atento me gustaba... En fin, ya os iré informando.

¿Veis como lo de Lu hubiera sido mucho mejor? ;)

Editado para decir: ... que alguna vez nos libraremos de todas ellas, sufrirán todo lo que merecen, mientras nosotras las observemos desde nuestro trono dorado, rodeadas de ricas frutas exóticas y bellas mujeres. Trust me ;)
domingo, septiembre 24, 2006
Tiza, ¿dónde c*** te metiste?
Ayer fue una de esas noches en que planeas algo y luego te sale todo al revés, y acabas con quien no esperabas y donde no esperabas... Supongo que nunca sabré si me lo hubiera pasado bien de la otra manera, si Tiza hubiera aparecido o estas dos chicas se hubiesen acercado a saludarme (si es que estaban allí, que no lo sé...), pero es igual, porque el remedio fue maravilloso igualmente.

Aunque últimamente no estoy precisamente con el ánimo por las nubes, confío en que siempre, en el último momento, cuando parece que todo va a salir mal definitivamente, aparece algo, un rayito de luz, un clavo ardiendo al que agarrarte hasta que tengas algo más grande, más estable, que te pueda hacer feliz. Porque yo lo único que quiero ahora mismo es estar bien, aunque antes de venir sólo pensaba en hacer X, Y y Z... Ahora me doy cuenta que lo importante es sentirte a gusto hagas lo que hagas, ser valiente y confiar en uno mismo. De liarme la manta a la cabeza y salir corriendo ya me cansé.
martes, septiembre 19, 2006
Cause truth itself lied...
Te echaré de menos siempre. Te lo prometo, hasta en el último de los segundos que me queden de este tiempo en que me toca echarte de menos. Después, quizá no. Pero hasta entonces sí.
Te echaré de menos y me dolerá y entonces te añoraré más. Y no sabré nunca nada de si es compartido, de si este corazón late por dos veces o sólo se refleja la imagen hacia un lado. Me quedaré siempre con esta duda y me dolerá, me dolerá hasta el último de los segundos que me queden de este tiempo en que me toca tener dudas.
Tengo tanto miedo de que olvides el camino de regreso...
domingo, septiembre 17, 2006
3 - 2


Una de mis debilidades, con las que me vuelvo tonta y competitiva, es el fútbol. Y sobre todo, mi Sevilla. Intento ser justa y objetiva [hola de parte de Sara], y de hech o reconozco que el partido ha sido muy igualado y podría haber ganado cualquiera... El árbitro ha tenido varias decisiones un tanto polémicas, pero -en mi opinión- no determinantes.
Así que bueno, hemos ganado pero tampoco hemos dado un recital... De hecho hemos cometido dos errores gravísimos y por eso han marcao los verderones éstos :P
Hasta el próximo derbi!!
viernes, septiembre 15, 2006
Ahora que...
... parece que recupero un poco la buena costumbre de escribir en el blog, no voy a perderlo.
... no duelen las resacas porque no te emborrachas, imbécil. Pero eso tiene que cambiar, como muy tarde, este sábado o la semana que viene, cuando tu querida progenitora se marche por esa puerta cargada de maletas, tu hermano menor se tenga que acostar temprano para ir al cole, y tu hermana la mayor... en fin, a ella ni la verás, jiji.
... más y más gente confirma tu teoría de que todos estamos locos y nos importan un carajo los demás y sus sentimientos. Como decía Pak, "What the fuck are you doing?" Pues eso.
... vuelves a ver Padre de familia en Fox todos los mediodías, alternando con Friends.
... volver a casa después de X no resulta una carga pensando en quién coño te encontrarás tumbada en el sofá.
... el viaje que trajo a otra vistiendo tu cuerpo se acabó, y comienza otra vida, otra rutina, otro reto. Otra cosa.
... el miedo a los primeros encuentros es menor que el miedo a no conocer nunca a nadie que merezca la pena.
... leer blogs y dejar comentarios vuelve a ser igual de excitante que al principio.
miércoles, septiembre 13, 2006
"Aquí es cuando tus ojos me dejan desarmada, rompiendo en mil trocitos mi parte más exacta..."

Siempre que me aproximaba a tus alrededores, ya fuera a pie, en coche, en bus, de noche, de día, por la tarde, invierno, verano o primavera, tenía la sensación de que eras como dos grandes ojos encajados en medio de la ciudad, mirando al río que tuvieron que secar vuestros abuelos, contemplando el cielo, la luna de Valencia.
Esos ojos que me miraban al menos una vez por semana, porque no podía pasar mucho tiempo sin verte. Me encantaba levantar la vista desde el libro hasta ti, y asegurarme de que seguías ahí, presidiendo el casco antiguo y prácticamente todo el señorío de esta ciudad, que no sabría muy bien si definir como moderna o antigua, "ni como Sevilla, ni como Madrid, ni como Barcelona, sino todo lo contrario...". Me encantaba pasar por debajo de ti y encontrarme esa calle Serranos, empedrada y casi peatonal. Me encantaba seguir por ella hasta desembocar en las pequeñas placitas típicas de El Carmen, mirando a un lado y a otro y descubriendo casas viejas adornadas con andamios aún más viejos, porque allí todos se rindieron al paso del tiempo y pararon de luchar (casi parece que el andamio está puesto desde antes de que aquel balcón empezara a caerse).
Me encantaba volver a ti desde dentro: me servías de puerta, de despedida. Mirando atrás decía adiós de nuevo a este barrio, a sus casitas viejas y sus calles llenas de polvo, indigentes y, de noche, Erasmus vendiendo cerveza a un euro, escondida en contenedores por si venía la poli. No puedo usar el pretérito perfecto simple, no puedo ponerle fin a esto. No puedo decir que aquello quedó allí y por eso cuando, en mi mente, coloco mis pies sobre las calles que se extienden detrás de ti, más allá de ti, las lágrimas vienen a mis ojos, sin que yo pueda entender bien por qué, porque no te has ido, allí sigues. Tu y las otras doscientas cosas que me enamoraron, en las que dejé un trocito de mi corazón. Puedo volver cuando quiera, y no sólo tú me recibirás con los brazos abiertos. Cuando me tumbo por las noches en mi cama, cierro los ojos y me imagino que estoy en mi cuarto, que acabo de volver de la calle Caballeros, que acabo de caminar por la plaza del Tossal para desembocar en tus ojos, para buscar medio borracha un taxi que nunca llega, pero qué más da, mientras pueda contemplarte.
Deseando volver estoy ya, esperando con ansia el momento de poner mis pies entre tus grandes ojos, de nuevo.
lunes, septiembre 11, 2006
It's not a big deal
Es curioso como a lo largo de la vida nos sentamos en casa a esperar acontecimientos, o nos vamos en busca de ellos como si pensáramos que van a cambiarnos totalmente, que van a dar un nuevo rumbo a las cosas. Pensamos que el primer viaje será algo importante, que lo será el primer beso, la primera pelea, la primera vez en el sexo, el primer día de universidad, la primera borrachera, la primera vez que vivimos solos. Oímos a la gente contarlo, y nos mordemos las uñas con ansia pensando "Cómo será, cómo será". Luego nos pasa, lo vivimos, y vemos que no era para tanto. O sí, fue genial, maravilloso, u horrible, odioso, y quizás en esos momentos nos tememos que nos marcará para siempre, que después de eso todo será diferente, aunque intentemos evitarlo (a veces no queremos evitarlo).
Sin embargo, al pasar algunos días, o incluso meses, nos damos cuenta de que no ha cambiado nada. Seguimos con los mismos problemas, el mismo miedo a volar, la misma fea costumbre de no recoger la ropa sucia después de la ducha, la manía de hacer las maletas el último día, de morder el labio inferior al besar, de gritar demasiado o no gritar nada en según qué situaciones. No ha cambiado nada, no nos sentimos mejores ni peores, y lo que duele sigue doliendo.

Al volver de una experiencia que se supone que es importante, de ésas que nos anunciaban en el SuperPop y en el Vale unas niñas precoces que -probablemente- habrán acabado estrelladas en infiernos de drogas, sexo o alcohol, y que nosotras devorábamos con impaciencia y ansiedad, buscamos dentro de nosotras ese resto, ese polvillo dorado en nuestros dedos que confirme que sí, que nos ha ocurrido algo único, mágico si quieres; no esperamos encontrar en el espejo las mismas ojeras, los mismos reproches, el mismo nudo a la altura del estómago, y sin embargo, ahí están.

El miedo previo, ese terror mezclado con excitación y nervios, da paso a la rutina de otra vida, y esa rutina, luego, se cambia por otra. Es tan sencillo como eso, aunque no lo sea y con el tiempo nos daremos cuenta de que nunca, nunca fue tan sencillo. De que no fue simplemente volver, cambiar de ubicación, de calles, de centro histórico, de amigos y de sitios donde tomar cerveza. Cambió todo, cambió lo de dentro, y ya nunca se vio lo de fuera igual.
Pero es igual, todo se siente de una forma tan extraña, tan extraña que es igual que la anterior, todo es como antes, o será que es una ilusión del cuerpo, para que no le cueste tanto adaptarse. Nada cambia, no hay tsunamis que destrocen las islas británicas, como no hubo catalanes que invadieran Valencia unos días antes de que yo pusiera los pies allí. No habrá tampoco bretones en Amiens ni mafiosos sicilianos en Florencia, ni vikingos en Estocolmo, españoles furiosos en Amsterdam o fiordos asesinos en Oslo. Todos nos vamos, nos hemos ido, nos iremos, y no cambiará absolutamente nada; nosotros seremos otras personas, seremos tan diferentes que todo parecerá igual. It's not a big deal.
jueves, septiembre 07, 2006
My letter
Tell me a story where we all change and we’d live our lives together and not estranged. I didn’t lose my mind, it was mine to give away. You couldn’t stay to watch me cry, you didn’t have the time, so I softly slip away... No regrets, they don’t work. No regrets now, they only hurt. Sing me a lovesong, drop me a line, suppose it’s just a point of view, but they tell me I’m doing fine.
I know from the outside we looked good for eachother, or some people said. Felt things we’re going wrong when you didn’t like my mother - it was all in my head. I don’t want to hate but that’s all you’ve left me with: a bitter aftertaste and a fantasy of how we all could live...
No regrets, they don’t work. No regrets now, they only hurt (we’ve been told you stay up late) I know they’re still talking (you’re far too short to carry weight), the demons in your head (return the video’s they’re late). If I could just stop hating you... I feel sorry for us instead
Remember the photographs, insane, the one where we all laughed, so lame. We were having the time of our lives. Well thank you, it was a real blast. No regrets, they don't work. No regrets now, they only hurt. Write me a love song, drop me a line. Suppose it's just a point of view, but they tell me I'm doing fine
Everything I wanted to be, everytime I walked away. Everytime you told me to leave, I just wanted to stay. Everytime you looked at me, everytime you smiled. I felt so vacant and you treat me like a child. I love the way we used to laugh, the way we used to smile. Often I sit down and think of you for a while, and then it passes me by and think of someone else instead. I guess the love that we once had is officialy... dead.

And I am officially missing you too much...


Editado
para decir que estoy muy musical últimamente. Pero siento que es la única forma de expresarme correctamente...
martes, septiembre 05, 2006
Miserere
Todos sabemos que hay canciones que marcan una época de nuestra vida, más larga o menos, y luego hay otras que marcan toda la vida. Sin embargo, no es posible distinguir unas de otras la primera vez que las escuchas. Cómo saber si ésta o aquella te seguirá provocando siempre las mismas sensaciones y recordándote a las mismas cosas, en lugar de desaparecer de tu memoria, o diluirse en el torrente del tiempo.
Hace sólo un mes y medio una de estas canciones apareció en mi vida, y aún no sé si se quedará para siempre, pero me encantaría. Me encantaría que siempre hubiera algo que me recordara esto, esto mismo que estoy sintiendo ahora. La inmensa certeza de haber vivido algo precioso, algo que se acaba, pero precioso siempre, se recuerde como se recuerde. Y ni el dolor inminente, o ya vivido, que provocó su final puede borrar esa certeza, ese sabor dulce posado en el fondo de mi garganta, de mí. Nadie me va a poder quitar aquello.
Sin embargo, la canción también habla de la amargura, de la tristeza de la vida, que está hecha de la misma cosa que nosotros y nuestras experiencias: de sal y azúcar, de cal y arena, de alegría y tristeza, pero no separadas en palabras, sino mezcladas, confundiéndose en los días a veces dentro de los mismos minutos.

La escucho y parece que me habla de la misma esencia de mi vida, de la vida, de lo que me queda por vivir, de lo que ya tengo detrás (que es poco).
Y no sé, me entran ganas de vivirla.


(Miserere, The Cat Empire. Two shoes)