Ayer fue una de esas noches en que planeas algo y luego te sale todo al revés, y acabas con quien no esperabas y donde no esperabas... Supongo que nunca sabré si me lo hubiera pasado bien de la otra manera, si Tiza hubiera aparecido o estas dos chicas se hubiesen acercado a saludarme (si es que estaban allí, que no lo sé...), pero es igual, porque el remedio fue maravilloso igualmente.
Aunque últimamente no estoy precisamente con el ánimo por las nubes, confío en que siempre, en el último momento, cuando parece que todo va a salir mal definitivamente, aparece algo, un rayito de luz, un clavo ardiendo al que agarrarte hasta que tengas algo más grande, más estable, que te pueda hacer feliz. Porque yo lo único que quiero ahora mismo es estar bien, aunque antes de venir sólo pensaba en hacer X, Y y Z... Ahora me doy cuenta que lo importante es sentirte a gusto hagas lo que hagas, ser valiente y confiar en uno mismo. De liarme la manta a la cabeza y salir corriendo ya me cansé.
qué bien tienes el fondo, quién te lo ha puesto? me das su teléfono?
qué guay 1 hora hablando :)