Kilométrico Boomer
How many doors had I open and closed? How often had I sneezed?
martes, enero 30, 2007
Ojo, escribo esto porque Lucía lo pidió
Me pides que escriba un post intelectual-pedantón de los que a ti te gustan. Me siento aquí delante y despliego mi extensa lista de temas absurdos de los que hablar, y... no se me ocurre nada. Estoy vacía, vaciada por dentro y no tengo nada interesante que decir. Siempre he querido ser una chica culta, cultivada y culturizada, todo a la vez. Ir a exposiciones (saei) y discursos y lectura de artículos, y mesas redondas (o camas) y presentaciones de libros, pero no voy. Me encantaría pasarme el día comprando libros y sacando DVD de la facultad, pero no lo hago. Me encantaría estudiar dos idiomas más, ir a clases de Yoga y apuntarme a un seminario sobre el Sexo tántrico en la segunda mitad del S. XII, pero, aparte de que no creo que exista, no podría, o no sabría... O el caso, que no lo haría.

Supongo que lo mío es más con cuentagotas, esporádico, un derepente, algo que me apetece de vez en cuando y necesito hacer. Necesito cultivar el intelecto, pero él a mí no necesita cultivarme, por eso cuando me pongo y escribo lo primero que pienso me salen posts pedantes y creídos de la leche, y cuando me propongo escribir posts pedantes me sale un churro como éste.
lunes, enero 29, 2007
19 días...


... Para poder abrazarte a ti y a tu poquito de Valencia, y también a tu poquito de siempre y de en todas partes.


(En estos momentos hace falta Alejandro Sanz para soltar alguna frase lapidaria que contenga un "niña" y que corte la respiración.)
viernes, enero 26, 2007
Mer y el cambio climático
Hoy decían en el telediario de A3 que en Córdoba capital ha nevado por primera vez en 30 años. Esto me ha hecho pensar en la cantidad de años que hace desde la última vez que cayó un copo de nieve en Sevilla y en si alguna vez llegaré a vivirlo aquí, junto a la Catedral o a la Giralda (o desde el balcón de mi casa). Realmente me da miedo la situación climática que vivimos (aunque de entrada este post parezca totalmente trivial... y en el fondo lo sea!). Hace tan sólo cuatro días me quejaba del sol implacable que sufrí el pasado sábado (hace sólo seis), y desde el martes llevamos ya tres días con 10 grados de máxima.
Igual si alguien del norte de España lee esto, piensa "oh, por qué poco se quejan" (Desde luego, poco es!), pero oigan!! Que esto es Sevilla (y aquí hay que m... no, eso es en Cádiz)!! Aquí nos llevamos de puta madre con nuestros cuarenta grados de media en julio y agosto. Nos encantan nuestros 25-30 grados de media de marzo a octubre y... nos matan, realmente nos asesinan, los termómetros que marcan menos de 10 grados a las 12 de la mañana.
Y lo peor de todo (para mí) es que aún no ha llegado a nevar. Cachis.

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lunes, enero 22, 2007
Demasiadas noticias.
Hoy es un lunes de invierno, aparentemente un lunes más. Me siento delante de este ordenador prestado a jugar con el tiempo y hacerlo pasar más deprisa, o verlo suspenderse en el aire como una mota de polvo. Quizás preferiría que fueran siempre las 17.30 para saber que ya he terminado allí, que no tengo que volver. Quizá.
Entro en
www.elpais.com y todo me indica que hoy es un lunes más. Un menor víctima de acoso escolar durante 14 años termina por irse a vivir a 190 kilómetros de su casa. EE UU confía en reanudar el diálogo con Corea del Norte por la crisis nuclear. Si hay algo que nunca he soportado es el aburrimiento, no hacer nada. No el hecho de no estar haciendo nada, sino que eso sea algo que yo no decido, que yo no escojo voluntariamente hacer." - ¿Qué quieres hacer? - Nada." Eso no es lo mismo que decir: "- ¿A qué te dedicas en tu trabajo? - A... nada."
Nunca me ha gustado cobrar por no hacer nada, pero ahora, más que nunca, lo que odio es no saber cómo acelerar el tiempo. La sensación de que han pasado horas allí de pie, paseando de un lado a otro con el sol haciendo agujeritos en mi cabeza, derritiéndome e implorando un árbol, una gorra, unas gafas, una botella de agua, algo... y que la sensación sólo sea eso, un presentimiento, una idea, no una realidad. Mirar el móvil y comprobar el peor de mis temores: que sólo hace media hora que estoy allí y ya me quiero ir.
Al fin y al cabo hoy es un lunes más. Nunca he sido detractora ni admiradora de los lunes, como otras, pero sí que me dan pereza, últimamente... Hoy, sin embargo, es que se me hace cuesta arriba. Me gusta trabajar, pensar que estoy siendo productiva y útil a la sociedad y a mí misma (por mi currículum), pero si le cojo manía por algo, entonces ya no hay nada que hacer.
Definitivamente este no es un lunes más, pero... como todos los otros lunes, hay que tener paciencia, porque no siempre es oro todo lo que reluce, ni lo que no lo hace es una puta mierda.

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viernes, enero 19, 2007
Como las Copas de Europa del Madrid
Cuando sea mayor, rica y famosa, la gente de Vogue vendrá a mí a hacerme una entrevista (porque el SuperPop no existirá) y les diré que malgasté mi juventud en trabajos basura, trabajos de entretiempo o trabajos "paná" como yo los llamo. Ya voy camino del noveno.
lunes, enero 15, 2007
Babel
M - Tía, nada más que la estrenen tenemos que ir a ver Babel.
S - ¿Babel?
M - Sí, la última de la trilogía de González Iñárritu.

En qué día se me ocurrió darle esa idea. Qué película más cinematográfica y qué poco hollywoodiense. Si hasta es buena en despertar polémica (sólo hay que mirar los foros de IMDb, en el que igual de feroces son las críticas que los halagos). La verdad es que si yo escribiese ahí tampoco sabría qué demonios poner.

Decía un chico que había sufrido mucho viendo la película y por fin se había dado cuenta de por qué: ninguno de los personajes toma una decisión correcta y lógica sobre los acontecimientos, sino que insisten en equivocarse y caen en un estado de desesperación total. Los niños con el arma, el sobrino de Amelia (Gael), la propia Amelia, Richard (Brad Pitt) ... Quizás la historia de la chica japonesa puede resultar la menos trágica de todas, pues no implica una muerte o una pérdida (al menos no durante la película), sin embargo a mí me resultó la más profunda. Desde el primer momento que podemos ver a Chieko flirteando con chicos y, más tarde, quitándose las bragas en el restaurante - discoteca, pensé que su personaje estaba escrito para nosotros, los occidentales.
Es decir, de entrada, las situaciones que más sentimientos nos provocan, las que nos hacen llorar, son las que se desarrollan en Marruecos, con el accidente; además, también nos indignamos profundamente en la escena en que Amelia y su sobrino cruzan con los niños la frontera de San Diego... Pero la historia de la japonesa, a mí particularmente, me arrancó muchas sonrisas a lo largo de la película... hasta el final.

No quiero reventar finales (aunque esté hablando sin tapujos de la peli), sólo lanzo mi opinión y reflexión del asunto: mirémonos en ella. Aparentemente sólo busca sexo, constantemente, y de una forma no muy elegante precisamente... Pero en el fondo, lo único que quiere es cariño, que alguien la abrace. ¿No es este un retrato (resumido, eso sí) magnífico de la sociedad en que vivimos? ¿No somos todos un poco como Chieko, con todas las comodidades económicas y tecnológicas, y en el fondo, más solos que nunca?

Dice González Iñárritu que Babel es una historia de incomprensiones, de cómo los humanos seguimos viviendo en diferentes mundos y hablando diferentes idiomas, sin entendernos, a pesar de la globalización y la extensión del idioma universal, el inglés... Hasta que no vi la película no entendí lo que quiso decir. Pero lo dijo de forma demasiado suave: Babel es mucho más que una conclusión, como la mía o la suya, es un viaje de dolor y sufrimiento, no sé si es muy recomendable...

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sábado, enero 13, 2007
Historiografía de la controversia religiosa
Me gusta mirarte en tus momentos de despiste y darme cuenta de lo preciosa que eres. Adoro tu sonrisa pícara y tu cara de concentración, tus enfados y tus bromas sin gracia, y maldigo a mis propios ojos por no querer separarse de tu lado. Luego me duelen las sienes de pensar en lo lejos que me quedan tus orillas, lo imposible de llegar, algún día, a conocerte mejor, a saberme de memoria tus recursos y tus mentiras y poder descifrarlas. La frustración me quita el sueño, y busco maneras de aliviar el picor en los labios, en las orejas y la nariz, por este deseo inconsumable que se quema dentro de mí siempre justo antes de aparecer en el aire.
Encuentro alternativas de nombres cambiantes, sin cara, nicks imposibles o nicks atractivos, pueblos lejanos, barrios vecinos. El intercambio de mensajes me sube el ánimo, me estimula a seguir buscándote entre las demás, pero...
A la hora de la verdad mis entrañas se rebelan y no, no, no, no puedo dar ese paso.
miércoles, enero 10, 2007
10 de Enero
Qué día más raro, o mejor dicho, qué tres días más raros lleva esta semana. Me he estad o olvidando el asco y la rabia en la puerta de casa, y ya no llego a la Facultad con ojeras y huecos vacíos a los lados, sino simplemente con cansancio o interés, con sonrisas o quejas, pero de nuevo como lo que soy, una persona enérgica, quejica, apasionada, cabezota e insegura, pero sin que se note mucho, jiji.
Luego volví a casa con los nervios de punta por varias razones, sintiéndome triste y un tanto perdida, como si me hubieran rechazado en un casting de Operación Triunfo (nunca he ido así que no sé lo que se siente, pero quizás debería ir al próximo para comparar). Al llegar aquí todo estaba en calma: era el hogar. Todo lo horrible y tembloroso siempre queda fuera, al menos eso siempre lo tengo (no es poco).

A las 4 y algo me fui a Reina Mercedes a tomar café con Sara, María y Jesús, y en el bus iba con ganas de llorar, con las lágrimas casi al borde de los ojos, por culpa de la puta música! ¿Por qué seremos tan masoquistas los seres humanos?

Ahora, aquí, he terminado de leer el trabajo de los blogs que tenemos que exponer mañana, y me da pereza y miedo hacer el ridículo, pero también me apetece ver las reacciones de Lina, que nos desafíe y que seamos capaces de ponernos a su altura (intelectual, se entiende).

Y para variar, al final me quedó un post de lo más trivial - pero al menos conté lo de que quería llorar.
lunes, enero 08, 2007
Irma la douce
Estos Reyes de 2007 han venido más cinematográficos que nunca y me han echao varios DVDs. Tres de Roberto Rossellini con Ingrid Bergman (Viaggio in Italia, Stromboli y La Paura), Delitos y faltas de Woody Allen y El crepúsculo de los dioses e Irma la dulce de mi querido Billi Güirde.
Pues resulta que ayer estaba yo tan feliz en casa, con una montaña inimaginable de ropa por planchar, nadie alrededor que me molestara y ninguna gana de estudiar o hacer algo "productivo"... Así que decidí ver esta última, Irma la douce, con Jack Lemmon y Shirley McLaine. Yo ni siquiera sabía de qué iba la peli. Sólo me fijé en que duraba 140 minutos, y pensé: bueno, es Billy, supongo que me gustará.
Y lo cierto es que me enamoró. No se me hizo larga, es más, me
quedé con ganas de más... Todo en ella me pareció dulce, suave,
en su sitio. Un antecedente de Pretty Woman pero mucho más inocente y sin tanto glamour... Un París sucio y borracho, pero feliz y despierto, vivaz, lleno de luces y de gente honrada. Dos personajes enamorados, una historia.

Y me di cuenta de lo mágico que tiene esto del cine. Pensé en esas cosas que nos contaban en la facultad, sobre los primeros espectadores del cine, que salían corriendo cuando veían la escena del tren acercarse a toda velocidad. Para ellos, el cinematógrafo era un artilugio mágico, y los que los traían, unos ilusionistas. Esperaban ansiosos la llegada del siguiente titiritero y se agolpaban en el "teatro" del pueblo, o lo que fuera que tuviesen, y pagaban su entrada, solamente por sentarse allí y, durante cinco o diez minutos, luchar contra sus ojos para no pestañear, para no perderse ni un segundo de lo que ocurría allí mismo...

A veces pienso que perdimos todo eso, que el cine ya sólo es una pantalla plana llena de dibujos proyectados, que no soñamos nada, que no queda nada de aquel Salvatore de Cinema Paradiso en nosotros. Y entonces aparece una película, cualquiera: de aventuras, cómica, de terror, de dibujitos... y nos rescata del presente y entonces sí. Entonces sí que somos personas.

Si es que en el fondo, muy en el fondo, sí que amo mi carrera.

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