Kilométrico Boomer
How many doors had I open and closed? How often had I sneezed?
lunes, junio 19, 2006
Otro post miscelánea
Al final va a resultar que el maldito anillo sí que da suerte, o al menos me protege contra mi tendencia natural a sufrir daños corporales (aunque de los otros... en fin).
El viernes trabajé en una bolera, haciendo un servicio (mmm) para un grupo grande (mmm) de gente que venía con politos azules y gritaba cosas de la temporada del Villareal y no sé qué de la Copa América 2007 (inciso: anda que no dan por culo con la Copa América aquí en Valencia). No nos dijeron nada de que fuéramos a tener que cargar y descargar todo de la furgoneta, y montarlo y desmontarlo... además de servir y recoger la comida, claro. En fin, echamos 9 horas la mar de entretenidas, cargué peso como en aquellos tiempos en el catering de Ochoa, se me cayeron platos de loza en la mano, sillas en el hombro... Todo lo habitual :P Conste que subiéndolo todo, no tuve ningún accidente. Todo fue después, cuando ya me había quitado todos los anillos, pulseras, pendientes, etc. Casualidad?
El sábado fui a trabajar a la Amstelería otra vez, al mediodía, y estaba reventaíta, no sabía ni cómo me llamaba... Cuando volví a casa a las 5, me encontraba fatal, con dolores de cabeza (y de tó, en realidad). Resulta que tenía fiebre! Estuve durmiendo hasta las 7 y media que me fui a trabajar otra vez, y me encontraba mejor. Peeeero por la noche, trabajando de nuevo, me resbalé con un charco de agua que había en el suelo!! Y me caí, por supuesto, pero de rodillas... Lo sé, lo sé.
A todo esto, el anillo seguía en el bolso, se me había olvidado ponérmelo.
El domingo vuelvo a las 7 a currar, y a las 9 tuve otro amago de caída gracias a (de nuevo) la combinación del suelo de madera, la suela de goma de mis botines y el agua, claro. Corriendo fui al cuartillo donde nos cambiamos y me puse el anillo.
Huelga decir que desde entonces no me ha pasado nada más. Vuelvo a ser la misma chica clumsy, pero que al menos no va pegándose ostias por los rincones.
Esta noche trabajo de nuevo, por lo del partido de España... y el jueves y el viernes haré un desayuno (?) y un cóctel luego. La gente ya no puede ni desayunar en su p*** casa, leches! Pero no me quejo, no me quejo, estoy contenta :)
Ah, y ya pagué Dachau y compré mi billete para Alemania... :) Me voy el 28 a las 14.30, vuelo Valencia - Madrid, Madrid - Munich, con Iberia. Después de meses buscando toda clase de combinaciones en varios medios de transporte, esta es la mejor! Me muero por irme...
martes, junio 13, 2006
Mmm...
A veces te das cuenta de lo que mereces y lo que no. Y ciertamente no, no merezco que me quieras tanto.O quizás si lo merezca, pero... al fin y al cabo qué importa. Es así y es así :)
Y como otras cosas que así son y no tienen visos de cambiar... mis historias siguen adelante, ocurriendo sin que nadie las frene. No seré yo desde luego la que se quite esta sonrisa de la cara por respeto. Pero tampoco seré yo la que malgaste mi barra libre de sonrisas en asuntos banales de poca importancia. Dosifiquemos la alegría y matemos a los monstruos (literales y figurados) del hogar - quien me tiene que entender, me entiende.
Seguimos adelante, seguimos. Otras hacen promesas y las cumplirán, y la ayudaremos a ello.
Otros repiten viejas frases de añoranza que me suenan a chino, y yo misma las conjuro ante ojos que me siguen pareciendo extraños después de 9 meses.
También yo formulo mis promesas y me las repito mentalmente. Conseguiste lo que querías, ahora no dejes que el año sea en vano.
Me voy a hacer mi último examen.
domingo, junio 04, 2006
Exámenes, exámenes, exámenes. No tenía tres seguidos desde Selectividad, hace ahora justo 4 años. Cuatro largos años... cuatro años en los que ha cambiado todo. Y el año que viene, si Marx quiere, todo habrá acabado. Antes de que me haya dado cuenta de que empezó.

Estos días estoy más filosófico-pedante-rayante de lo habitual. Me gusta tumbarme a pensar, sopesar opciones, decidir qué voy a hacer con mi vida. A mi alrededor a la gente le ocurren cosas: rupturas, mudanzas, personas que deciden estudiar de nuevo, accidentes de coche. Cosas buenas y malas, cosas importantes, cosas triviales. La vida.

En época de exámenes no suelo agobiarme mucho; no va con mi carácter... Pero estos días se me mezcla un poco todo, no sé si estoy feliz o triste, y al instante siguiente me veo eufórica haciendo planes con Miguel, con Esben, con Pili, con Gise. Será que ésta es mi naturaleza, la de los altibajos, la de las tragedias y las telenovelas y las risas incontroladas un minuto después. Supongo que la gente me conoce me quiere así y yo misma también debo de quererme algo. Algo hay por ahí.

De fondo: My skin, de Natalie Merchant. (Acabo de decidir que voy a colgar la letra en el flog)
jueves, junio 01, 2006
Llevo varios días durmiendo con la ventana abierta y la persiana subida, esperando que así las noches sean más frescas y los despertares más fáciles. Esta noche, a las 5 y pico de la madrugada, me he despertado. Un mosquito rondaba mi oreja y su insoportable zumbido debe haber alertado a mis sentidos, que normalmente pasan de todo... Una vez despierta, no he podido volver a dormirme. Tenía una sensación horrible, como si me hubieran pintado de gris. Me he levantado a coger las pilas, que estaban cargándose, y he colocado una en el mp3 para escuchar la radio. He puesto La Ser, no sé qué programa había, pero rápidamente se han acabado y ha comenzado el magacine matutino de Francino. Sus primeras palabras han sido: "Rocío Jurado, la más grande, acaba de dejarnos a las 5.15 de la mañana". Luego ha empezado a sonar "Como yo te amo, como yo te amo, nadie te amará..." He escuchado un rugido muy fuerte, he mirado a la ventana, y allí estaba. La lluvia, de nuevo, cayendo.

Ayer fue mi último día de clase aquí en Valencia. Me apetece decir que estoy muy triste, que hoy me harté de llorar por Rocío, porque a mi abuela le encantaba, porque era de Chipiona y yo he veraneado allí casi toda mi vida, porque estaba lloviendo, y sobre todo, porque me he dado cuenta, ya sí, de que esto se está acabando. Y esa idea, ella sola ahí en medio de la cabeza, es suficiente razón para hacerme llorar. Olvidad todo lo anterior. No estoy preparada, me niego, no quiero que esto se acabe.