A veces te das cuenta de lo que mereces y lo que no. Y ciertamente no, no merezco que me quieras tanto.O quizás si lo merezca, pero... al fin y al cabo qué importa. Es así y es así :)
Y como otras cosas que así son y no tienen visos de cambiar... mis historias siguen adelante, ocurriendo sin que nadie las frene. No seré yo desde luego la que se quite esta sonrisa de la cara por respeto. Pero tampoco seré yo la que malgaste mi barra libre de sonrisas en asuntos banales de poca importancia. Dosifiquemos la alegría y matemos a los monstruos (literales y figurados) del hogar - quien me tiene que entender, me entiende.
Seguimos adelante, seguimos. Otras hacen promesas y las cumplirán, y la ayudaremos a ello.
Otros repiten viejas frases de añoranza que me suenan a chino, y yo misma las conjuro ante ojos que me siguen pareciendo extraños después de 9 meses.
También yo formulo mis promesas y me las repito mentalmente. Conseguiste lo que querías, ahora no dejes que el año sea en vano.
Me voy a hacer mi último examen.
Como todo lo que se dice tan rápido luego resulta que no es fácil quitarse de encima el "me merezco o no me lo merezco".
En fin... Otro día te leo un poco más.
Saludos