En alemán,
pueblo, vulgo o gente y palabra que dio origen a la inglesa
folklore y ésta, a su vez, a la española
folclore.
Como muchos sabéis, las palabras no sólo denotan, sino que también connotan: están cargadas de un significado que han ido recogiendo a lo largo del tiempo gracias a, o por culpa de, los diferentes usos que pueden dársele.
Toda esta semana he estado pensando mucho en Dachau y el problema del estado (y la nación) alemanas con su pasado, o mejor dicho, con su manera de enfrentarse a él. Y justamente ayer quedé para tomar café con una chica alemana que conocí en Dachau el verano pasado, que está de Erasmus en Granada y vino a Sevilla de visita.
Le comenté que recientemente había visto
Am Ende kommen Touristen en el Festival de Cine, y eso nos llevó a hablar del tema. Decidí que iba a satisfacer mi inquietud por la enseñanza de la historia en Alemania, o más concretamente, del enfoque que se daba al periodo nazi y la guerra posterior.
No me sorprendió que me hablara de este o aquel profesor, de que cada uno tenía su estilo; lo que sí me resultó muy sorprendente fue que uno de ellos, que tuvo cuando tenía 14 años, les prohibiera utilizar en su clase, y en sus exámenes, la palabra
volk. Eso la obligaba a dar todo tipo de rodeos lingüísticos, hablar de "los alemanes", "la gente alemana", pero sin llegar nunca a estar satisfecha con el sentido de lo que quería decir.
El motivo era, obviamente, que el régimen nazi, con Hitler a la cabeza, había utilizado profusamente esta palabra hasta dejarla (según el profesor) totalmente desvirtuada y cargada de significado negativo.
Después de recibir estas clases, debido a las "maneras pedagógicas" de este profesor, ella quedó unos años sumida en una culpa muy profunda por ese tema, y me contaba que leyó todo tipo de biografías de jóvenes que habían vivido la guerra (como fue el caso de Ana Frank). Con el paso del tiempo y, sobre todo, a raíz de la visita a Dachau, su concepto del asunto cambió. Sigue sin sentirse capaz de decir que se siente orgullosa (todo lo orgullosa que se pueda estar de haber nacido aquí o allá) de ser alemana, o siquiera que lo lleva con dignidad, pero cree que el cambio es posible y pretende inculcárselo así a las personas que la rodean y que vayan aproximándose al tema.
Creo que aprendí más ayer de todo este asunto que con todos los reportajes o artículos que haya podido leer desde que estuve por última vez en Dachau.
Etiquetas: Alemania, historia