Kilométrico Boomer
How many doors had I open and closed? How often had I sneezed?
lunes, noviembre 12, 2007
Volk
En alemán, pueblo, vulgo o gente y palabra que dio origen a la inglesa folklore y ésta, a su vez, a la española folclore.

Como muchos sabéis, las palabras no sólo denotan, sino que también connotan: están cargadas de un significado que han ido recogiendo a lo largo del tiempo gracias a, o por culpa de, los diferentes usos que pueden dársele.
Toda esta semana he estado pensando mucho en Dachau y el problema del estado (y la nación) alemanas con su pasado, o mejor dicho, con su manera de enfrentarse a él. Y justamente ayer quedé para tomar café con una chica alemana que conocí en Dachau el verano pasado, que está de Erasmus en Granada y vino a Sevilla de visita.
Le comenté que recientemente había visto Am Ende kommen Touristen en el Festival de Cine, y eso nos llevó a hablar del tema. Decidí que iba a satisfacer mi inquietud por la enseñanza de la historia en Alemania, o más concretamente, del enfoque que se daba al periodo nazi y la guerra posterior.
No me sorprendió que me hablara de este o aquel profesor, de que cada uno tenía su estilo; lo que sí me resultó muy sorprendente fue que uno de ellos, que tuvo cuando tenía 14 años, les prohibiera utilizar en su clase, y en sus exámenes, la palabra volk. Eso la obligaba a dar todo tipo de rodeos lingüísticos, hablar de "los alemanes", "la gente alemana", pero sin llegar nunca a estar satisfecha con el sentido de lo que quería decir.
El motivo era, obviamente, que el régimen nazi, con Hitler a la cabeza, había utilizado profusamente esta palabra hasta dejarla (según el profesor) totalmente desvirtuada y cargada de significado negativo.

Después de recibir estas clases, debido a las "maneras pedagógicas" de este profesor, ella quedó unos años sumida en una culpa muy profunda por ese tema, y me contaba que leyó todo tipo de biografías de jóvenes que habían vivido la guerra (como fue el caso de Ana Frank). Con el paso del tiempo y, sobre todo, a raíz de la visita a Dachau, su concepto del asunto cambió. Sigue sin sentirse capaz de decir que se siente orgullosa (todo lo orgullosa que se pueda estar de haber nacido aquí o allá) de ser alemana, o siquiera que lo lleva con dignidad, pero cree que el cambio es posible y pretende inculcárselo así a las personas que la rodean y que vayan aproximándose al tema.

Creo que aprendí más ayer de todo este asunto que con todos los reportajes o artículos que haya podido leer desde que estuve por última vez en Dachau.


Etiquetas: ,

7 Comments:
Blogger my blue eye said...
Pues parece que ese profesor consiguió su propósito: hacer reflexionar a una joven alemana sobre el Volk alemán. E hizo bien: pocas palabras hay de significado más claramente racista. La palabra se remonta a Fichte en los Discursos a la nación alemana, donde ya se usa con una clarísima connotación tanto cultural como racial.

Este es uno de los temas que más me apasionan. Te recomiendo dos libros: "El misterioso caso alemán", de Rosa Sala Rose, filóloga alemana que ha escrito un libro imprescindible sobre la cultura alemana; y "El lenguaje totalitario" de Jean Pierre Faye, que es bastante intragable y enorme pero útil (hasta cierto punto).

Es que, coño, a veces sentirse asqueado del pasado ayuda a plantearse preguntas, ¿o no? Yo no quiero menos a mi abuela porque fuera de Falange, pero claro que he sentido vergüenza y asco de esas ideas, vergüenza de pertenecer a una familia que sostuvo activamente esas ideas, de gente que salía a dar palizas a los rojos por las calles (no mi abuela, obviamente), asco de que ciertas personas le hicieran discursos a Franco. Hay un aprendizaje enorme en la reflexión asqueada respecto a la ideología de la propia familia y, extensivamente, de la propia nación; y nadie debería despreciar a los buenos profesores que nos retaron a asquearnos (no a aquellos que, sin embargo, hicieron lo posible para humillarnos, pues no es lo mismo).

Un besito, guapa.

Anonymous Anónimo said...
Ella no se refería a él con asco ni rencor; de hecho no percibí ni un atisbo de sentimiento alguno en sus palabras. Simplemente contestaba a una de mis preguntas y me puso la anécdota de la palabra volk.
Sé de los usos negativos que esa palabra ha tenido, pero no es esa la cuestión. A mí me parece triste que se prohíba sin más el uso de una palabra sin dar más explicaciones, pues no son las palabras las que han hecho daño, sino aquellos que las pronuncian. ¿O es acaso una palabra de origen racista inventada por Fichte para sus discursos? No lo sé, por eso (te) lo pregunto.
Por otro lado, por supuesto que me parece positivo que se inculque cierto asco o desprecio por el pasado de una familia o un país si eso sirve para que nos replanteemos nuestros esquemas, siempre que, como tú dices, no se use de excusa para menospreciarnos o humillarnos.
Gracias por tu comment y por las recomendaciones :)

Blogger MAKYavelika said...
nunca entendí xq la gente debe de sentirse culpable por cosas que no hicieron ellas directa (o indirectamente en algunos casos), no se es algo q no puedo concebir, supongo q xq no pasé por ello. Aunque es un tema muy nuevo aún, supongo q con el paso del tiempo esa sensación irá menguando.

Anonymous Anónimo said...
Incitar a la reflexión es una cosa y andar prohibiendo palabras es otra, creo yo. Hay cierta verdad en eso de que cosas así te hacen reflexionar, y de que el asco también tiene ese efecto (pero presenciar un asesinato te hace reflexionar también, y eso no lo convierte en algo negativo --uso esta comparación por su valor dialéctico para explicar lo que quiero decir, no porque realmente me parezcan cosas comparables).
Pero no creo que culpabilizar, por un lado, y "censurar" de algún modo, por otro, sean necesariamente los caminos. Yo he tenido profesores que han hecho, a la larga, que me asqueara de mis propios planteamientos y los revisara, pero nunca desde la censura. Y desde luego nunca desde la culpa o la vergüenza o el asco por lo que hicieran otros antes que yo, sino más bien (y creo que esto es más importante y más lúcido) ante lo que yo misma era capaz de defender en determinados momentos y ante mí misma por hacerlo.

A mí esas sensaciones normalmente me las han provocado no prohibiendo palabras, sino antes al contrario: obligándome a hablar, fuera en clase o conmigo misma, en silencio. Obligando a pensar. Y haciendo esto a través de ese viejo (pero efectivo) mecanismo de simplemente hacer preguntas. Y dejarlas flotando en el aire. Me parece bastante más sano este método.

Viene al pelo: "La primera tarea de un profesor es la de enseñar a sus alumnos a aceptar las verdades incómodas" (Max Weber).

Anonymous Anónimo said...
*obviamente quería decir "no lo convierte en algo positivo"

Blogger my blue eye said...
Estoy de acuerdo con ambas.

Quizá habría que cuestionar el sentido de esa prohibición: no es lo mismo que el profesor prohiba el uso de la palabra que lo prohiba el Estado; pero tampoco este argumento me sirve (me refiero al argumento que estoy desarrollando, el vuestro me convence plenamente - y volvemos al hábito de matizar sobre matizaciones, jeje). El profesor puede habérselo prohibido a sí mismo y haber extendido esa prohibición a sus alumnos con el objeto de hacer que se plantearan el debate del Volk internamente. No sé, no sé.

Una de mis profesoras del cole, en un colegio donde lo minoritario era lo "izquierdoso", prohibió a un alumno que entrara en clase con una carpeta que llevaba la bandera franquista. No es lo mismo que si hubiera prohibido el uso de las palabras "bandera franquista" o "aguilucho" :P, lo sé. En fin.

Blogger boomer said...
De todas maneras, tampoco hace falta prohibir; mirad si no el uso de las banderas de España. No sé en Madrid (aunque imagino que será más o menos igual en todas partes, y muchísimo peor en el País Vasco o Cataluña), pero aquí en Sevilla no te puedes poner una bandera de España CONSTITUCIONAL en la muñeca, en la carpeta o llevarla en un mechero sin que se piense (yo la primera, por lo menos hasta hace muy poco) que eres un facha, o sea que eres del PP.
Si denuncio una prohibición como la de volk, también es justo denunciar el pésimo tratamiento de la izquierda española (no cierta izquierda, LA izquierda) a nuestra bandera.
(me refiero a las personas de la calle, no a los políticos...)