Septiembre de 1999. Folio blanco, pilot rojo. Tu primera carta, ahí empezó nuestra correspondencia.
En otoño, las grabaciones de voz.
En invierno, y todo el año 2000, los e-mails y los chats por Napster.
Ya entonces nos acostumbramos a escribirnos y contarnos todo a través de todos los medios posibles. Cuadernos, cartas, mails, chats, grabaciones, teléfono, mensajes.
Me fui, volví, me fui, volví, y ahora te has ido. Y volverás.
Pero hoy te echo muchísimo de menos, quizá más que estos días anteriores, más que otros años, cuando cumplías 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 años. Hoy cumples 23, y no podré verte y abrazarte, pero podré oír tu voz por teléfono y mandarte toda la suerte del mundo, y decirte que estoy orgullosa de ti.
Qué grande eres...
TANTI AUGURI, BAMBINA!