Otro más... el sexto curso como universitaria. Y no será un curso cualquiera, no. Si el año pasado, al volver de Valencia, pensaba que me enfrentaba a los meses más difíciles, ahora sí que lo creo realmente. Bueno, siempre pensamos que lo que nos está pasando ahora, en el presente, es lo peor. Y qué demonios, el año pasado también estaba atemorizada pensando en que echaría todo mucho de menos, en que no podría integrarme con mis amigosdetodalavida + susamigosnuevos, y sí lo hice. Y pensaba que no me pasaría nada interesante, y qué curioso... acabó siendo un año de lo más intenso.

Y es que, si me paro a pensarlo, no ha dejado de cambiarme la vida desde junio de 2005, desde antes de Valencia, desde antes de Dachau (el primero). Han cambiado muchísimas cosas, ni más ni menos - supongo - que las que deben o tienen que cambiar en unas edades tan críticas como las nuestras. Pero yo no me imaginaba que iría todo... así. Y al final, ¿qué puedo hacer? Hay mil cosas que me gustaría poder cambiar, pero no voy a intentarlo. Acepto lo que viene y voy, como siempre, a intentar sacarle el máximo provecho. Sé que tengo por delante un año muy complicado, no sólo por las ausencias de muchas personas importantes para mí, sino también por empezar una carrera nueva y, sobre todo, por la etapa tan compleja de la que - espero - estoy saliendo.

Nobody said it was easy...
Pero tampoco imposible.