Como le decía hoy a Sara, emborracharse en Feria no es como emborracharse en ningún otro lugar ni fecha del año.
Todo es más pausado, bebes y bebes, y vuelves a beber, los peces en el río... No, no, en serio. Te enciegas y desenciegas veinte veces, en los caminos de una caseta a otra, en los cinco minutos entre jarra y jarra... Y siempre es como la primera vez, siempre la misma alegría, la misma chispa en la voz, el brillo de los ojos, el temblor de las piernas, pero sin ardor de estómago, sólo viendo un poquito doble... Haciendo y deshaciendo sin pensar, besando, contando verdades, ocultándolas, olvidándolas... Disfrutando la noche y la compañía, siempre con el vasito de rebujo bien cerca.
Viva la Feria de Abril, coño.
Q poquito queda ya... :(