Mis amígdalas se han puesto en huelga. Estaban hasta el mismísimo de mis excesos: el tabaco, el alcohol, el frío, y han decidido hincharse, llenarse de pústulas y molestarme, retorcerse cuando trago saliva, y también convencer a mis fosas nasales para que se llenen de mocos y no pueda respirar por la nariz... Así que, como supondréis, respirando por la boca, mi garganta se seca aún más y me pica y me duele y estoy en un estado físico de
mecagontó.
Supongo que es parecido a como me siento interiormente, psicológico-psíquicamente, emocionalmente, y todos los adverbios que se os ocurran. Bloqueada por un lado, y vendida por otro. Podría parecer que tengo miles de opciones pero me empeño en una, pero yo lo siento justo al revés. Estoy atada a una sola opción, a un camino, a una forma de caminar.
Seguramente en el fondo a mí también me guste que sea así. No sé.
¿Malvadas emociones?
Espero que estés bien. Besitos desde el exilio.
Nuski