¿Es esto realmente lo que quiero? La enseñanza. Los niños. Las tutorías, las evaluaciones, los exámenes. ¿Estoy yo hecha para esto? ¿Es una vía de escape a una época de máxima confusión? ¿Son todas las épocas así? (dejemos esto para otro post). Siempre mantuve la idea de ser profesora, pero como plan B. Quizá el problema fue que nunca hubo un plan A... Y al final, esta idea que estaba semioculta acabó saliendo a la superficie. Yo no sé si valdré para ello; sé que se me da bien transmitir, comunicar cosas, pero no sé si sabré empatizar con los alumnos, ganármelos, que me respeten... y al fin y al cabo, enseñarles ALGO. Lo que sea. Y empiezo a pensar que todos las ideas y todo el odio y toda la mala leche que tengo acumulada contra el sistema educativo voy a tener que tragármelas para poder hacer algo de lo que he dicho arriba. Porque para repartir gritos y ostias y quejas me quedo en mi casa.
Aunque supongo que eso de querer ser diferente a todos los demás, esa intención de cambiarlo todo, pues... Es común a todos los profesores cuando empiezan. Y luego se corrompen o lo que sea.
¿Cómo seré yo? ¿Publicará alguien un post sobre mí en su blog? ¿Seré la Marian de alguien? ¿Es esa la verdadera aspiración de un profesor?