Voy a destrozar tu recuerdo en pedacitos de papel, y luego voy a soplar sobre ellos
para que se confundan con el cielo. Tengo que dejar de hacer estupideces cuando salgo a pasear, y tengo que llevar paraguas cuando llueve y no saltar en cada charco
cuando llueve, y no saltar en cada charco, como cuando estabas tú.
Si supieras cuánto tiempo gasto al día para no pensar en ti. Si supieras cuánto daño me hace tu sonrisa en mi cabeza.
Y ahora que sé que no intereso a tus caricias... ¿cómo pude demostrarle a tu ironía
que mi vida sin tus huesos era infierno? Y yo aún estoy colgada de aquel día que miraste atrás; y luego tú, sin un quiebro en tu voz, sin un quiebro en tu voz, me dijiste adiós.
Si supieras cuánto tiempo gasto al día para no pensar en ti. Si supieras cuánto daño me hace tu sonrisa en mi cabeza.
Y todavía gasto tiempo tratando de inventar una manera de quitarle el polvo a la oscuridad.
Nena Daconte